Las horas invisibles

Cuando llevaba unos 8 meses viviendo sola, una tarde, quedé con un amigo para hacer un café. Era alguien que lo había vivido en sus propias carnes durante mucho tiempo.

Merendamos, nos contamos las últimas anécdotas de nuestras vidas y pasado un buen rato, como si hubiera estado esperando el momento oportuno, me preguntó «Bueno, ¿que? ¿Y te caes bien?»

  • Andrea: ¿Perdona?

  • Amigo: Si… Ya sabes, ahora has pasado muchas horas sola y has conseguido conocerte, entonces… mi pregunta es ¿Te caes bien?, ¿Te gusta lo que has visto?, ¿Eres la persona que querías ser?

Supongo que puse una cara similar a la de quién se queda en blanco en un examen y él me acabó confesando su historia a modo de ejemplo. En pocas palabras, me dijo que a él no le gustó lo que vio de si mismo, pero que por suerte había podido cambiar algunas cosas.

Sabía a qué se refería, pero no le expresé muy bien que sentía yo. Quizás él entendía de sobras lo que le dejaba ver entre líneas, lo que realmente pensaba y ahora quiero contaros a que se refería.

Mucha gente te preguntará como es vivir solo y como lo llevas. Acojonante (con perdón) el número de personas que te dice «Yo no podría». Sólo hay un tipo de personas que te preguntan «¿Como lo llevas?» mirándote fijamente a los ojos en un tono indescriptible entre preocupado, tierno y nostálgico que te desnuda la mirada al momento.

Podría definir como precioso el vínculo que se forma entre vosotros durante un instante. Son aquellas personas que también han vivido lo que yo llamo las horas invisibles.

(…)

Cuando uno esta vive solo es cuando se pregunta que utilidad tiene su existencia. Si todo lo que haces no lo ve ni lo sabe nadie, ¿Para que sirve?

Seguramente, alguien que tampoco tenía la explicación fue quién se inventó aquella frase tan cargada de significado «Compartir es vivir».

Es bonita y a medias veraz. Lo que pasa es que tenemos la sensación que al compartir nuestras experiencias es cuando estas pasan a ser reales. Esto es porque cada vez que vivimos junto alguien cualquier cosa esta tiene un impacto en nuestro entorno y en detonante…unas consecuencias. ¿Pero que pasa con lo que no has compartido?

Diez meses más tarde de instalarme aquí empecé a notar que ya era parte de este paisaje. Poco a poco mi imagen y mi carácter han ido dejando huella y ya no soy una desconocida. La gente de las tiendecitas de abajo me saluda al pasar, los vecinos me sonríen, la del pan me dice «¿Lo de siempre?»… Ya soy una más de este entorno.

Sin embargo, al margen de todo aquello que he compartido con este paisaje tengo que decir que a veces me parece mentira que lo haya logrado. Todas esas horas que he pasado SOLA… cocinando, escribiendo, limpiando, mirando películas, arreglándome, cuidando las plantas, ordenando, bailando… parecen irreales. Me da la impresión que todo ha sido parte de un sueño o de mi imaginación.

No hay nadie que las pueda corroborar. Todo podría haber sido distinto, incluso no haber existido y no habría testigos donde agarrarse. Casi se podría decir que vuestra lectura es lo que contribuye a hacerlo real.

El tema esta en que aunque no hubiera nadie, aunque esos momentos no se hayan compartido, hay que matizar que es durante esas horas (invisibles para los demás) cuando asoma tu más estricta esencia. Tu personalidad. Tú decides que hacer y tú ves como te impactan y te cambian tus propios actos. Es como si un escultor se esculpiera a si mismo.

Me explico. Cuando uno vive en compañía, convive, pone en consonancia sus manías con las de los demás, pacta, negocia, y en parte, sacrifica un trozo de su manera de ser y de su espacio para dárselo al otro. Mientras que vivir solo es ver lo peor y lo mejor de ti mismo, perdonarte y exigirte, intentando moldearte para que lo peor aminore. Es conseguir poder vivir contigo mismo sin acabar volviéndose loco.

Me gustaría que todos aquellos que tienen tan claro que ellos no podrían hacerlo se paren a pensar por que. Es importante. Tienes que saber quién eres, tus puntos débiles y sobretodo tienes que ser capaz de encontrar la voluntad y la fuerza de acallarlos o cambiarlos. Vivir solo es conseguir el equilibrio entre descontrol y autocontrol.

Fíjate que la gente que ha vivido sola suele contestar «Es difícil al principio pero luego bien», es así.

Podría definir como precioso el vínculo momentáneo que se forma entre dos personas que saben de qué hablan, cuando los demás no.

Amaneceres en comunidad (parte 3)

Viernes. El despertador hace su función. Con los ojos aún cerrados por el sueño y el Sol, no me puedo creer que haya dormido la noche del tirón.

Es curioso descubrir como de repente tienes ganas de volverlo a oír. Quieres volver a vivir aquello para poder abrir la puerta del piso y salir en su busca. Saber que ocurrió te motiva más que vivir en paz. Los humanos somos claramente gilipollas.

Durante el día todo el mundo me pregunta si lo he vuelto a oír . Sé que no me desean ningún mal, pero también se mueren de curiosidad. «No, hoy he dormido bién», En parte lo agradezco, una noche de tregua me da más fuerzas para la siguiente.

Por la noche le cuento las novedades a Jana

Jana: ¿En serio? ¡Por Diós! ¡¿Es que no hay ni uno que se salve?!
Yo: Pues no… Y si ahora me lo encuentro por las escaleras ¿Que? No hace mucha gracia…
Jana: Oye pero si esta bueno… ¿Por que no lo cansas por las tardes y así duerme tranquilo…? ¿No?
Me la miro con esa cara de… «Yo por la comunidad…» Nos reimos.
Yo: ¡No, va! Pero… ¿Por que yo oigo un tio y ellas una mujer? ¿Sera el novio de la de arriba?
Jana: ¿Pero si esta loco…? A todos les falla algo ¡Eh!
Yo: Que guarra la de arriba…

(…)

Sábado. El Sol me despierta. Esto empieza a ser decepcionante, ya me parece como si nunca pasó.

Al mediodía voy al super y en frente de la sección de frutas de mentira:

Montse: ¡Nenaaa!

Montse, mi vecina favorita, me comenta que ha estado de vacaciones en… (No se como se lo monta que no me lo cuenta, ¿Tendra noviete?), pero que esta mañana la presidenta la ha puesto al día. También le sabe muy mal no haber estado en ese momento y como no podia ser menos nos ponemos a repasar los hechos entre las dos. Lo mejor de la ya repetitiva conversación es:

Yo: ¡Es que no entiendo como nadie sabe quién vive en el tercero…!
Montse: Hombre siii! En el tercero vive la morenaza que le gusta a Jesús, ¿No?
Yo: ¿Como?
Montse: Si si… hace tiempo que Jesús se pasa las reuniones de escalera diciéndo que es un pivón. Es un poco desagradable teniéndo en cuenta que está casado.
Yo: Pero si yo oigo un hombre… ¿No será que ya no vive ahí la misma persona?
Montse: Mmm… podría ser… hace días que no la veo.
Yo: Aha.

Como tres cuartos de hora después consigo acabar de comprar y salir de allí. ¡Ya me empieza a dar igual quién gritaba, si es un chico o una chica, si tiene terrores nocturnos o se automutila! ¡¿Ahora resulta que arriba vive un pivón invisible del cual Jesús está colgado y que se ha ligado al guapo de la escalera?! ¡Va hombre! ¡Que se cambie de bloque la tia esta!

¡Eso si! Ahora ya sé porque Paquita (la del primero) dijo tan segura que del tercero no podia venir, estaba encubriendo al pivón bipolar que le gusta a su hermano. Me mintió cuando dijo que no sabía quién vivia allí… (Cara de que se vayan al cuerno y me dejen dormir).

(…)

Lunes. Ya ni me acuerdo del guapo, la loca, su abuela ni las frutas de mentira.

Por la tarde Montse llama a la puerta para informarme que el miércoles hay reunión de vecinos. A pesar de ser inquilina quieren que pase un momento para comentar los hechos. Por supuesto. A ver si está el pivón y vemos como esta la competencia en el edificio.

(…)

Miercoles por tarde. Una semana de paz.

Llegando del trabajo entro al hall y todos los allí presentes, se giran hacia mi. No veo caras desconocidas. Tampoco al guapo, ni al pivón. Va de verdad… deprimente esto ya.

Presidenta: ¡Mira! La chica del segundo.
Yo: Buenas tardeees (Falsa sonrisa).
Eva: ¡Chica! (Me mira y se levanta) ¡Es la del tercero! Esa mujer esta como un cencerro. ¡No son solo los terrores nocturnos, mueve los muebles sin parar! ¡Va en tacones! ¡El próximo día vamos todos a buscarla!
Yo: ¿Pero ya sabemos seguro que fué ella? Que tenga que defenderla yo…
Presidenta: No.
Jesús: Yo no lo pienso, Ana es buena moza. Quizás tiene problemas pero no mal fondo.
Montse, la Presidenta y yo lo miramos con extremada cara de incredulidad mezclada con una pizca de «Callado parecias más hombre». Paquita, aprovecha para sacar el tema del gas.
Yo: Pues nada, yo me voy, si necesitan algo ya saben donde estoy, buenas tardes tengan.
Vecinos del diablo: ¡Buenas tardees!

En el ascensor cabilo. Que gente… Creo que Eva también esta como una chota. ¿Como va a oír la del cuarto los tacones de la del tercero? ¿Los tendría que oir yo, no? Para ser sorda oye más que nadie. ¿Por que La presidenta también miraba mal a Jesús? Confieso que a pesar de estar cerca, no saber que pasa, me mata mucho…en fin… nadie se ha dado cuenta que Toni se estaba durmiendo, este debe tener narcolepsia.

(…)

Jueves.

01:32 de la madrugada. En pijama me lavo los dientes mientras oigo a Jesús hablar con Casper (Como siempre Casper no contesta). Después de enjuagarme me da por mirar si el blanqueamiento que promete la pasta de dientes se cumple o no. Me acerco al espejo. Un poco más. Levanto el labio superior. Sonrio muy forzadamente. Observo. Un grito descalabrante corrompe cualquier tipo de normalidad. Me encuentro con el corazón encojido y las uñas agarradas al marmol. Es una mujer.

Me pregunto medio immóvil si hacer ver que no ha pasado nada es la solución (es solo un grito, ¿El habitual de cada tres semanas? ¿O hemos vuelto a la carga?). Demasiado tarde, un portazo en el exterior me muestra que no soy la única que lo ha oído. Corro, me pongo el batín, no sé porque, llevo un calor y un frío a la vez que no me conozco. De prisa hacia la puerta. Abro y casi me como a Montse.

Montse: ¿¿Lo has oido???
Yo: Si claro. Vamos arriba.

Los gritos se repiten, tienen razón, ¡Son de mujer! ¡Hace una semana no era una mujer!

Es el momento. Los pies me van solos. Sabremos que pasa. Siento emoción y miedo. Tengo miedo. Tengo ganas de saber que está pasando! Tal y como subo, oigo puertas, voces, (evidentemente salteado de gritos salvajes) Eva y los presis bajando des del cuarto y eh ahí todos en el tercero en batín mirandonos los unos a los otros comentando… cuando nos quedamos anclados en un inoportuno silencio repentino.

Toni aparece por detrás cagándose en nosotros. Yo ya no gano para sustos. Jesús que llega tarde al evento es abordado por Montse que lo invita a llamar a la puerta del tercero con cierto rintintín. Pre-cadaver, se hace el hombre, si alguien tiene que morir será él que es el que igualmente se tendría que ir antes (al nirvana). Realmente da igual todo el teatro, la puerta se abre sola provocándo el susto y grito de la presidenta, que la tiene justo detrás. Ello, provoca el susto y grito a capela de Montse, Eva, Pre-cadaver y yo, que sin saber muy bién que pasa presentimos que es algo horroroso y no dudamos todos en avalancharnos irremediablemente como gallinas contra Jesús y Toni tal como si viéramos la ola de Lo Imposible llegar.

A medio empotrarme con Toni me doy cuenta que somos gilipollas. Todos somos gilipollas. La mitad han desaparecido, mientras que una señora de unos 45 yace en la puerta del tercero sudada, luciendo una cara de lo más demacrada.

Amaneceres en comunidad (parte 2)

Jueves. Tras desayunar, ducharme y vestirme me propongo no salir del edificio sin averiguar algo.

Minutos más tarde abro y salgo al rellano de la segunda planta del edifico. Me fascina pensar lo dificil que resultaba hacer esto anoche. Da igual. No sé a que puerta llamar. Pensar que parezco una loca es inquietante y me pregunto si lo habrá oído alguien más. Voy a casa de Montse, mi vecina favorita, la de al lado. Montse no está. Vamos bién.

Bajo (no me atrevo a subir). Llamo a la puerta del primero y tras 15 segundos de notar como da vueltas la mirilla ante mi, abre Paquita (la que se pasa el dia discutiendo con su hermano pero las farras se las pegan igual). Me presenta a Casper (El perro). Le pregunto si ha oído gritos por la noche.

  • Paquita: ¿Esta noche? Mmm… si oí como a alguien llorar.

  • Yo: ¿Y gritos no?

  • Paquita (Cara de culpabilidad): ¿Sabes que pasa? Yo pensaba que era la chica que vivia antes en tu piso. Era un poco rara, ¿sabes? Tenia una amiga… y se las oía… y subí y nos enfadamos. Bueno, no nos discutimos eh, sólo que… claro, se las oía discutirse… y otras cosas… y tras «hablar» se fueron. Pero no se fueron por hablar conmigo ¡eh!, se fueron al poco pero no se porque. Ahora veo que no eran ellas».

  • Yo: No no, yo creo que es encima mio, en el tercero, es decir dos pisos más arriba.

  • Paquita: ¡Nooo! ¡Allí no!

  • Yo: Ah, ¿no? ¿Entonces sabe quién vive ahí?

  • Paquita: No.

  • Yo: Ah…Ok… Probaré a contárselo a la presidenta de la escalera a ver…

  • Paquita: ¡Aquella…! A mi nunca me abre la puerta…si tú lo consigues…

Cierra la puerta.

Ok, en dos minutos nos hemos enterado que Paquita es una señora a la que no le gustan las lesbianas y que gracias a Diós también lo oye (loca no estoy), pero asegura que los del tercero no son sin saber quién vive allí. Además oye más los llantos que los gritos, cosa un poco estraña, ¿no? Finalmente, por algún motivo la presidenta no le abre la puerta, ¿Sera lesbiana?

Reflexiono. No he conseguido nada, así que subiré hasta el cuarto. Paso por el tercero. Me paro ante su puerta y me imagino unos ojos saltones apuntándome. Me armo de valor y pico. Si abre resolveremos rápido el misterio. Diez, nueve, tensión, siete, seis, cinco, tensión, tres… 2…1… ¡Nada! Pues nada, sigo subiendo. Ya en el cuarto pico a casa de la presidenta. Susto. Un hombre de unos 85 años con un pie en el nirvana me abre la puerta. Su aspecto arrugado y extremadamente grisaceo da un poco de yuyu. Me comenta con una vocecilla de cuento que es el marido de la presidenta (el próximo presidente) y yo haciendo ver que hablo con un mortal le cuento lo sucedido. Me dice que él no ha oído nada.

  • Pre-cadaver: ¿Sabes que podemos hacer? La próxima vez que lo oigas, sales al rellano y averiguas si viene del tercero o no, así podemos hacer algo al respecto.

  • Yo: ¿Pero usted sabe quién vive en el tercero?

  • Pre-cadaver: No.

  • Yo: Mm…¿Y la señora que vive justo a su lado no lo habrá oído? Si yo que estoy justo debajo lo oigo, la de justo arriba debería, ¿no?

  • Pre-cadaver: ¡Ah…! ¡Eva es sorda!

Finalizamos la conversación y me bajo de nuevo. Claramente deberían dar un tour por los pisos vecinos cuando te enseñan uno… Decido irme al trabajo, ya insitiré más tarde.

Llegando al hall principal oigo una puerta. Me paro y miro por el hueco de las escaleras, es un hombre. A riesgo de que sea él, lo esperaré y le preguntaré si también lo ha oído.

Un chaval de unos 30 y algo aparece. Se ve jóven a pesar de las canas.

  • Yo: Oye, una pregunta. ¿Tú has oido gritos esta noche?

Cara de susto. Cara de sorprendido. Cara de «¡Oh! ¡Una mujer!»

  • Cara de «Oh una mujer!»: ¡No! He dormido muy bién (sonrisilla).

Os ahorarré los minutos en que me cuenta que desde que superó la pulmonía duerme como un lirón. No parecía él. Sin embargo, tendría que haberlo oído si o si. Es quien vive justo al lado. No entiendo nada, me voy al trabajo.

(…)

Me tiro todo el día contando mi aventura con los del curro. Montamos conspiraciones y posibles maneras de atacar al enemigo. Nos echamos unas risas y vuelvo con fuerzas ¡Como le oiga le salgo a buscar! Al llegar vuelvo a mirar la puerta de Montse. Con la posición enrollada del felpudo me ilumino, ¡Esta de vacaciones! Cojonudo, ¿Cómo se va a enterar nadie si Montse no está, Eva es sorda y pre-cadaver a las cuatro de la madrugada estaría de cháchara con Diós? ¡¿Cómo?! Lo más curioso es que nadie sepa quién vive en el tercero, que yo oiga un hombre y Paquita una mujer y que a pesar de no saber quién vive en el tercero Paquita me diga que seguro que no viene de alli. No entiendo nada… ¿Esconden algo?

(…)

22:14 h Llaman a la puerta.

Tanto miedo tanto miedo y abro sin ni mirar por la mirilla. Lo pienso cuando ya casi he abierto de palmo a palmo. Una señora bajita con gafillas me mira sonriente.

  • Incognita: ¡Hola!! ¡Soy la presidenta!!!

  • Yo: ¡Oh! ¡Encantada!

  • Presidenta: Mi marido me ha contado lo sucedido, me sabe muy mal que hayas pasado por esto sola. He estado investigando. Eva dice que también lo ha oido. Ella está segura que es la del tercero, no la ha visto nunca pero asegura que está loca. Dice que siempre llega muy tarde y que mueve los muebles de noche. Además, de vez en cuando también la oye gritar en sueños…. Si lo vuelvas a oir llámame a la hora que sea y saldremos todos a ver que pasa. Me da su móvil.

Cierro la puerta. Me alivia que alguien me ofrezca ayuda por si se repite el episodio. En cambio, al irse, mi mente se vuelve a poner en marcha: ¿No representa que la presidenta era tan borde? A mi me ha parecido muy amable. ¿Porque nadie sabe quién vive en el tercero? ¿Porque Paquita y Eva oyen una mujer y yo un hombre jóven? Y sobretodo… ¡¿EVA NO ERA SORDA?!

Pásados unos minutos decido hacerme un esquema del bloque (Lo tenéis en la foto del post) dónde pretendo situar a los vecinos que conozco en sus respectivos pisos a ver si así descubro quién puede ser el/la del tercero.

(Llegados a este punto os invitaría a que os leyerais el capítulo 9 «Sé dónde vives» dónde en su momento hice una descripción de los vecinos que conocía del bloque. A ver si llegais a la misma conclusión. Sé que te da pereza, pero te aseguro que el cuerpo no se te queda indiferente…)

Si lo habéis hecho estariamos de acuerdo en que…

– El hombre que habla con su amigo imaginario es el mismo Jesús, hermano de Paquita, que en sus ratos muertos discute con Casper, al parecer un perro tímido que no ladra demasiado. Entonces… nos quedan dos, ¿Lo veis, no? ¿Vuestra mente esta llegando a la misma alarmante conclusión que la mia?

– El de arriba, al que oía en muy mal estado, parece ser que era Toni alias ¡Oh! ¡Una mujer! Quién padeció una pulmonia que casi lo fulmina, pero que ahora, tras superarla duerme como un lirón.

Entonces… A pesar de lo que oigan las señoras… Si yo juraría que se trata de un chico jóven… Eva dice que siempre le oye llegar tarde… y teniéndo en cuenta que no queda ni un sólo hueco más donde meterlo en el esquema…y que siempre que le veo está bajando de algún piso superior al mio… ¿El loco del bloque es…? ¡NO PUEDE SER! ¡No quiero volverlo a pensar! I-L-U-M-I-N-A-C-I-Ó-N ¿¿El guapo del bloque es el loco del bloquee?? Muerte cerebral…

00:48 Cierro la luz con tensión… me imagino a ese chaval guapetón que un día me encontré a las dos de la madrugada en la puerta del edificio abriendo los ojos más de lo necesario antes de darle al interruptor ¿Dormiré hoy?

¿Mejor en el balcón?

Siguiendo con el capítulo anterior creo justo y en bandeja hablar ahora de las desventajas, los contras de la independencia, y de paso contestar al típico comentario «¿Solo? A mi no me gustaria nada, ¡eh!, Te aburrirás fijo… Lo tienes que hacer todo tu… debe ser un pocooo…» (vamos que esta pensando que tu vida es una mierda). Nunca sé distingir si la gente que hace este tipo de comentarios siente pena por ti, te quiere ayudar, o es que no se lo fo… en casa, perdón, que fuma en el balcón. Sea cual sea la motivación de su comentario merecen una respuesta.

¡Pues mira si! vivir solo puede llegar a ser una auténtica mierda por muchas cosas. Hoy, ahora y aquí te lo acepto. Porque es una situación en la que uno debe enfrentarse demasiado a menudo con: sus pensamientos, sus temores, sus descuidos y con sorpresas varias que a veces no tienes tantas ganas de tener. Para que te hagas una idea, he hecho una lista de 35 cosas que te pueden pasar. Los interesados estar atentos que si lo probais mínimo mínimo ¡Os pasan 5 de estas!

Independizarse puede ser terrible cuando….

  • …Vas a la compra y compras menos de lo que necesitas. En consecuéncia vuelves al super consecutivamente los tres días siguientes porque siempre te falta hago «esencial».
  • …Vas a la compra y compras más de lo que necesitas. Ves tristemente caducar las cosas.
  • …Tienes que comer lo mismo dos o tres veces a la semana porque todo lo fabrican para parejas o familias.
  • …Se acaba el papel para envolver el bocadillo…
  • …Se acaban las cosas para meter en el bocadillo…
  • …Se acaba el pan para hacer el bocadillo… (Siempre te das cuenta a las 11 de la noche).
  • …Te encuentras un bicho y tienes que matarlo tú o… tú.
  • …Vas a dar una vuelta y empiezas a pensar «¿Desconecté el secador?, ¿Pagué el seguro del hogar?, ¿Donde viviré ahora?»
  • …Se acaba el papel de toda la casa y lo descubres… en el baño.
  • …Se acaba el champú y tú… en la ducha.
  • …Se acaba la bombona de butano o le pasa algo al gas y tu… en la ducha.
  • …No hay toallas cerca al salir de la ducha y debes ir desnuda y mojada a por ellas (sé que no te lo parece, pero es un drama)
  • …Te hartas de pensar «¡¿Cual de los 3 platos que se cocinar cenaré hoy?!» Toca aprender más…
  • …Pagas el agua, la luz, la comida, el gas, el alquiler, el cine, el cubata, el tren, los chicles…
  • …A pesar de tener el mando para tí, no hacen nada en la tele.
  • …No tienes con quien comentar los chistes de Arturo Valls.
  • …No puedes ir desnudo porque hace MUCHO FRIO y lloras junto a la estufa.
  • …Te comes la olla por algo y nadie te frena.
  • …Descubres que la ropa no se mete sola en la lavadora, no sale sola de la lavadora, no se cuelga sola en el tenderete, no se plan…, no se guarda sola en el armario…
  • …Toda la ropa sale azul de la lavadora.
  • …Te encuentras mal y nadie te hace nada (Esta es por votación popular la peor).
  • …No puedes abrir el tarro de comida… y la ves.. y tienes hambre…pero no puedes…
  • …No puedes abrir la botella del agua… y es la última…. y tú… con la albóndiga en la boca.
  • …Tienes que perseguir a los de la inmobiliaria para que persigan al propietario para que pague o arregle algo que le toca a él. No lo hacen. Persigues tu al propietario y al final… te persigue él a ti.
  • …Tienes miedo a morir resbalando por la bañera y te imaginas días ahí tirado con la brecha en la cabeza… y te acabas dando mucha lástima a ti mismo.
  • …Se muere la planta y parece que haya muerto Chanquete 😦
  • …Bricolage…
  • …Barrer macho, ¡Hay que barrer cada dos por tres!
  • … Fregar los platos…
  • …Te aguantas el grito «No uses NADA!» cuando alguien se acerca a la cocina después de fregar los platos y limpiar.
  • …Mirar los cristales y pensar que si no llueve los limpiará el siguiente inquilino… y llueve… y llueve con barro.
  • …Confias que algo de la nevera sigue bueno y…ya no y.. era lo último…
  • …No sabes que hacer un fin de semana y todo el mundo tiene plan…
  • …No recuerdas porque te fuíste de casa….
  • …Cuando te pasan varias de estas un mismo dia…

A ver…El que lo ha probado sabe que el mal de la independencia es que acabas conviviéndo en un dialogo interno contigo mismo que a menudo se exterioriza, es decir, que acabas hablando solo por casa reprochándote cosas como «¿Por qué no compré salsa para los raviolis?«. Lo mejor es que te quieres tanto que te perdonas al momento siguiente con alguna excusa como «Porque no ponen las salsas al lado de los raviolis en el super y se me pasó, no pasa nada.». Y lo mejor de lo mejor es el ingenio que se te desarolla para solucionar estas cosas. El resultado es o muy lamentable o digno de monumento «Pues nada les echo el gazpacho que sobró ayer…!».

En fin… No sé como lo ves tú, yo le veo más desventajas a tener un hijo y la gente no para. Si crees que no es para tanto y te atrae la idea, lo puedes probar. Si en cambio, te has quedado tranquilo porque te he dado la razón puedes reflexionar sobre el tema en el balcón, no pasa nada.