En fin…

A ver… ¿Cómo os lo cuento?

Hace poco más de un año dejé atrás 26 de convivencia con mis padres, para empezar algo que nunca hubiera imaginado. Vivir sola y descubrir otros aspectos de la vida.

Ese cambio fué el principio de un gran cambio. Un traspaso de étapa que he vivido durante todo este último año, en el que he notado como me convertía en un Yo más maduro, tanto a nivel psíquico como a nivel  emocional o incluso físico. Y con esta frase no me quiero hacer la guai, sólo digo de una manera muy sútil que he empezado a notar como mi cuerpo ya no es el que era, que mis ideas han cambiado y que sorprendéntemente ¡Mis gustos también!

La verdad, no os mentiré y menos a vosotros que lo habéis leído en más de una ocasión. Me encuentro ante un extraño sentimiento. No ha sido el mejor año de mi vida, pero sé que ha sido un año crucial en ella y mucho me temo, que por la fuerza de todo lo que ha ocurrido, que puede llegar a ser recordado como uno de los buenos.
Como ya he dicho muchas veces, aprender a vivir solo, es un proceso que requiere de cierto tiempo. A veces, es duro y acostumbrarse es dificil pero llega un dia que empiezas a llevarlo bién y al final te das cuenta que ahora eres otro tú + fuerte + seguro y + libre.

Lectores míos. Tal y como dije en los primeros capítulos de este blog, lo empecé a escribir porque cuando yo busqué uno con esta temática, no lo encontré. Es más, en los que encontraba sólo había dos entradas y luego sus autores desaparecían y entonces me propuse escribir un blog dónde contar este tipo de experiencia durante mínimo un año. Mi blog sería un objetivo y un refugio a la vez, cuando las temidas horas invisibles me intentaran abrazar demasiado fuerte.

Estoy muy orgullosa de haberlo conseguido, de haber escrito 29 entradas y de haber recibido 76.475 visitas hasta el momento desde 53 paises distintos. Me encanta saber que hay gente tan lejos que lo lee. Estoy contenta de que esteis ahí y de saber que a alguno le ha servido de algo leerme. A mi me ha ayudado mucho escribirlo.

P-E-E-E-E-E-R-O. . .

No hay peros que valgan. No es esto una simple y llana despedida porque yo no quiero desaparecer sin más. Sin embargo si, una especie de… momento de suspense.

Un blog puede tomarse un respiro o terminarse por muchas cosas: falta de tiempo, de ganas, por haber cumplido el objetivo, por no saber que más contar, por causas de fuerza mayor… lo que sea.

En este caso, no se me han acabado las ganas de escribiros, aunque a veces me falta el tiempo sino que quiero dejar de escribirlo asiduamente porque creo que ya he conseguido contar como es la experiencia (era el objetivo) y pienso que si sigo contándo esto se convertira en una transcripción literal de mi vida, dejando atrás el objetivo. Quiero que quien llegue aquí buscando como es la experiencia encuentre tal cual lo que necesita. Así que sólo volveré para escribiros más si…

A) Teneis alguna pregunta/duda/o queréis que cuente algo que os pueda ayudar sobre este tipo de experiencia o,

B) Se me ocurre algún capítulo nuevo que os pueda interesar sobre el tema.

Llegados a este punto, repetir que no es una despedida y comentaros que en breves empezaré otro blog con una temática MUY distinta (No, no se llamara vivir en pareja vivir vestido, aunque para muchos sea una realidad ;)).Si todo va bién será un recopilatorio de historias con principios muy prometedores y sin grandes finales.

¿Y esto por que? Porque quiero darle un homenaje a todas aquellas personas que han pasado por nuestras vidas, les han dado un toque de alegría, de luz, una lección o simplemente un día distinto y luego se perdieron por el mundo. Aquellas historias que pocas veces se vuelven a recordar o comentar pero que también forman parte de nuestra vida. Os dejaré un link cuando lo estrene.

Si no os interesa no hay problema, no estabáis aquí para eso.

Y sobretodo, muchas muchisimas gracias por estas ahí espero volver pronto y tanto si lo hago como si no que consigais una independencia digna de envidiar! Un abrazo a todos!

Las horas invisibles

Cuando llevaba unos 8 meses viviendo sola, una tarde, quedé con un amigo para hacer un café. Era alguien que lo había vivido en sus propias carnes durante mucho tiempo.

Merendamos, nos contamos las últimas anécdotas de nuestras vidas y pasado un buen rato, como si hubiera estado esperando el momento oportuno, me preguntó «Bueno, ¿que? ¿Y te caes bien?»

  • Andrea: ¿Perdona?

  • Amigo: Si… Ya sabes, ahora has pasado muchas horas sola y has conseguido conocerte, entonces… mi pregunta es ¿Te caes bien?, ¿Te gusta lo que has visto?, ¿Eres la persona que querías ser?

Supongo que puse una cara similar a la de quién se queda en blanco en un examen y él me acabó confesando su historia a modo de ejemplo. En pocas palabras, me dijo que a él no le gustó lo que vio de si mismo, pero que por suerte había podido cambiar algunas cosas.

Sabía a qué se refería, pero no le expresé muy bien que sentía yo. Quizás él entendía de sobras lo que le dejaba ver entre líneas, lo que realmente pensaba y ahora quiero contaros a que se refería.

Mucha gente te preguntará como es vivir solo y como lo llevas. Acojonante (con perdón) el número de personas que te dice «Yo no podría». Sólo hay un tipo de personas que te preguntan «¿Como lo llevas?» mirándote fijamente a los ojos en un tono indescriptible entre preocupado, tierno y nostálgico que te desnuda la mirada al momento.

Podría definir como precioso el vínculo que se forma entre vosotros durante un instante. Son aquellas personas que también han vivido lo que yo llamo las horas invisibles.

(…)

Cuando uno esta vive solo es cuando se pregunta que utilidad tiene su existencia. Si todo lo que haces no lo ve ni lo sabe nadie, ¿Para que sirve?

Seguramente, alguien que tampoco tenía la explicación fue quién se inventó aquella frase tan cargada de significado «Compartir es vivir».

Es bonita y a medias veraz. Lo que pasa es que tenemos la sensación que al compartir nuestras experiencias es cuando estas pasan a ser reales. Esto es porque cada vez que vivimos junto alguien cualquier cosa esta tiene un impacto en nuestro entorno y en detonante…unas consecuencias. ¿Pero que pasa con lo que no has compartido?

Diez meses más tarde de instalarme aquí empecé a notar que ya era parte de este paisaje. Poco a poco mi imagen y mi carácter han ido dejando huella y ya no soy una desconocida. La gente de las tiendecitas de abajo me saluda al pasar, los vecinos me sonríen, la del pan me dice «¿Lo de siempre?»… Ya soy una más de este entorno.

Sin embargo, al margen de todo aquello que he compartido con este paisaje tengo que decir que a veces me parece mentira que lo haya logrado. Todas esas horas que he pasado SOLA… cocinando, escribiendo, limpiando, mirando películas, arreglándome, cuidando las plantas, ordenando, bailando… parecen irreales. Me da la impresión que todo ha sido parte de un sueño o de mi imaginación.

No hay nadie que las pueda corroborar. Todo podría haber sido distinto, incluso no haber existido y no habría testigos donde agarrarse. Casi se podría decir que vuestra lectura es lo que contribuye a hacerlo real.

El tema esta en que aunque no hubiera nadie, aunque esos momentos no se hayan compartido, hay que matizar que es durante esas horas (invisibles para los demás) cuando asoma tu más estricta esencia. Tu personalidad. Tú decides que hacer y tú ves como te impactan y te cambian tus propios actos. Es como si un escultor se esculpiera a si mismo.

Me explico. Cuando uno vive en compañía, convive, pone en consonancia sus manías con las de los demás, pacta, negocia, y en parte, sacrifica un trozo de su manera de ser y de su espacio para dárselo al otro. Mientras que vivir solo es ver lo peor y lo mejor de ti mismo, perdonarte y exigirte, intentando moldearte para que lo peor aminore. Es conseguir poder vivir contigo mismo sin acabar volviéndose loco.

Me gustaría que todos aquellos que tienen tan claro que ellos no podrían hacerlo se paren a pensar por que. Es importante. Tienes que saber quién eres, tus puntos débiles y sobretodo tienes que ser capaz de encontrar la voluntad y la fuerza de acallarlos o cambiarlos. Vivir solo es conseguir el equilibrio entre descontrol y autocontrol.

Fíjate que la gente que ha vivido sola suele contestar «Es difícil al principio pero luego bien», es así.

Podría definir como precioso el vínculo momentáneo que se forma entre dos personas que saben de qué hablan, cuando los demás no.

Capítulo 22: 16 tipos de visitas

Aún recuerdo cuando mi madre limpiaba hasta los rincones más inaccesibles del piso porque venían mis abuelos a comer. Mi padre y yo nos cachondeábamos «¿En que momento crees que la abuela mirara el armario de la galería?, ¿Antes o después de los postres?» «¿Para que pasas un trapo por esas estanterías si la abuela no les llega ni a la mitad?

Con los años, empiezas a ver como los anuncios de productos de limpieza hablan de la situación «¡Corre corre, limpia las mamparas de la ducha que viene mi madre!». Entre estos y que empiezas a conocer a tu madre sospechas que el día de mañana acabarás igual.

Este es un post dedicado a los 16 tipos de visitas que uno recibe cuando vive solo (Seguramente si vives acompañado también):

  • El del Gas: Un día te encontraras un papelillo en tu puerta o en tu buzón diciendo «tal día a tal hora le vendremos a revisar la instalación del gas». Les importa un pimiento si trabajas, así que te las apañaras para recibirles y te lo pagarán diciendo que tienes un defecto «leve» y que si no lo arreglas te dejaran sin suministro. Corres y hablas con la inmobiliaria, el propietario, el «señor que lo arregla», la vecina y en definitiva con quien haga falta para que después no comprueben si lo arreglaste.
  • El falso del Gas: Dícese de un idiota que te intenta timar. No es de tu compañía, quiere que le enseñen las facturas y que le firmen cosas. Mándalo a la mierda y cierra la puerta. Si quieres hacerte el alternativo (felicidades) adelante, pero entérate bien de que estás firmando.
  • Tus padres: Es como pasar una y otra vez el examen del carnet de conducir. ¿Lo encontraran todo bien?, ¿Se fijaran en las servilletas?, ¿Que les hago de comer que no sea preparado ni tan elaborado que me de un ictus si algo falla?, ¿Repaso el armario de la galería? (Que suerte no tener galería). Yo sólo sé que cada vez que veo el piso un poco desmadrado, les invito a comer porque al momento me da por limpiarlo todo. Total… después tampoco es tan grave.
  • Los amigos: Si hay algo agradecido de invitar y recibir son tus amigos. A pesar de que intentes tener el piso decente para todo el que venga son aquellos que sabes que no te juzgan, que luego te ayudan a limpiar (o no) pero como mínimo se ofrecen y con los que realmente disfrutas la visita con tranquilidad.
  • Las parejas de tu edad: Te hace mucha il·lusión recibirles y tenerles en tu casa. Saber de ellos y pasar un buen rato. Sin embargo, es difícil no sentirte candelabro en tu propio piso en algún momento de la cena. Lo siento, es así.
  • El septuagésimo amor de tu vida: véase tu rollete actual. Sus visitas se convierten en una especie de mezcla entre las de tus padres y las de tus amigos ya que limpias el piso más que con tus amigos y menos que con tus padres pero también hay que tener en cuenta que te lo puedes pasar mejor que con tus amigos o peor que con tus padres. Depende de como esté el tema.
  • La palabra de Dios: ¿Por qué SIEMPRE llaman cuando aún estoy durmiendo?, ¡¿No ven que yo ya me estaba comunicando con Dios?!
  • La víctima: véase esa persona amigo o familiar que se acaba de pelear con alguien (pareja, amigo o familiar) y viene llorando a tu morada. ¿Por qué? Porqué si vives solo creen que estarás por ellos y no habrá nadie más que haga incómoda la situación. El único problema de las víctimas es que asumen que estarás de su parte. Eso, si no ha llegado el otro antes y acaban montando un sálvame de luxe en tu comedor.
  • La adorable: Esta es de mis favoritas. Cuando vienen los niños de la finca de al lado porqué se les ha colado la pelota. Su vocecilla por el interfono es matadora. «Se nos ha colado la pelota, ¿Puede abrirnos, por favor» Monisimos.
  • El inoportuno: Se trata de aquella persona que nunca te va bien que te visite. A aquella que le dices «¡Si, si, un día quedamos y te lo enseño!» Y sabes que eso no pasará. Puede ser cualquiera: un ex, un amigo que no se ha dado cuenta que ya no lo sois, un pesado, alguno de tus familiares… Que no te da la gana, que no quieres que venga, ¡Fuera!
  • La platónica: Esta podría ser aquella para la que siempre estarías preparada. Ejemplos de este tipo de visita serían… el vecino guapo que viene a pedir sal en paños menores, o tu mejor amiga que pasa sólo para charlar un rato. Son aquellas visitas que te da igual cuando sean, no piensas en ellas ni las preparas, pero siempre estas dispuesta a recibirlas.
  • La visita de tu vida: La visita de tú vida es aquella visita que siempre esperas y quizás no hayas invitado nunca. Se trata de alguien que tu sabes que si un día llama a la puerta, pararás tu mundo para recibir a esa persona. Puede tratarse de mucha gente, des del hermano con el que no te hablas a el amor de ese verano. Incluso, un ex con el que la cosa quedó en el aire o un primo al que hace demasiado que no ves. La visita de tu vida te la hará alguien realmente especial para ti.
  • El amigo de: Un caso extraño y en cambio, habitual es el de aquella persona que viene porque es amigo de un amigo tuyo y estaba «colgado y sin plan». Entonces tu amigo te dice «¿Se puede venir fulano?» Tu no le hubieras invitado, tampoco tienes ganas de frustrar a tu amigo… y mira, ahí está, cenando con vosotros en tu casa.
  • Tu pareja: Si tienes pareja estable y vives solo cada vez que te visita tienes el riesgo de acabar siendo invadido. Cometarios como «Me dejas un cajón para mis cosas» o «Oye porqué no quitamos ese cuadro y colgamos una foto nuestra» están a punto de llegar a tu vida.
  • Tu vecino: Tu vecino.

Hay que mencionar para los principiantes, que casi todas las primeras visitas parecen un examen. No sabes hasta que punto tienes que limpiar y/o arreglarte tú mismo en tu propia casa aunque con el tiempo le coges soltura al tema y las disfrutas más.

También es verdad que a veces te lo pasas mejor con tus padres de lo que esperabas. O que te puedes fustrar muchísimo cuando después de meses aparece tu hermano y en lugar de venir a hacer las paces viene a recriminarte algo…

Personalmente, me encanta recibir una visitilla de vez en cuando. Y aunque es verdad que prefieres que te avisen, una sorpresilla a veces da vida. A menudo no pregunto quién es en el interfono porqué (A) A veces no va y (B) Puedo pensar durante 30 segundos que se trata de alguien por quién pararía mi vida.

Capítulo 20: Mentiras en el super

Es una auténtica chorrada y sin embargo una de las escenas que más veces has proyectado en tu mente cuando imaginabas la vida en plena independencia era tu cuerpo desfilando por los pasillos del super, carro en mano, cogíendo todo lo que deseabas de las estanterias mientras sonaba de fondo «Makes me wonder» de Maroon 5.

En el fondo, si te fijas se trata de una imagen muy onírica (cargada de la misma simbología de los sueños). El carro simboliza tu vida y básicamente lo que ocurre en esa escena es que tú lo conduces a la perfección hacia donde quieres, síntiendo el control absoluto sobre él (tu vida) y echándole dentro todo aquello que deseas. Es perfecto. Tal y como te imaginas la vida cuando seas independiente, control y caprichos.

Nadie te entiende, pero tal es la potencia de la imagen que una de las cosas que más ilusión te hará los primeros días será ir a comprar. Total, ahí estas tú, dispuesto a realizar tu compra semanal. Entraras en el super, feliz de que tu sueño se cumpla y sin sospecharlo empezaran múltiples dilemas al respecto. ¿Qué compro?, ¿Cuánta cantidad?, ¿Qué marca?, ¿Dónde están las cosas?, ¿Quién me ayudara a llenar las bolsas en la caja mientras todo la cola me mira mal? ESTAS SOLO.

La verdad es que lo estas del todo porque yo tampoco te voy a decir qué comprar ni te voy a venir a ayudar. Bastante tengo con darte apoyo moral desde aquí mientras también me las apaño. Igualmente te voy a decir 4 cosillas que he aprendido, por si te sirven de algo:

  • Procura hacerte la lista de la compra, va muy bién para no tener que volver 15 veces o si te lo propones, para ceñirte al presupuesto establecido.

  • Mira siempre la fecha de caducidad y organízate un poco los días y las comidas, así no compraras de más, ni de menos, ni te comeras primero lo que caducaba último.

  • Mira siempre las estanterias de arriba a abajo antes de elegir, las marcas más caras pagan para que las situen a la altura de la vista.

  • No lo busques, no hay ni un carro que vaya recto, los hacen expresamente así para que te desvies constantemente hacia las estanterias y acabes comprando más cosas.

  • No te fies de los productos denominados «Gourmet» son más caros y igual o peor de sabor. Si fueran tan guais el nombre no recordaria a las latitas del gato.

  • Los Productos denominados «Selectos» ¡Oju! Son caros y estan buenos pero de vez en cuando ¡Hazlo! (Ya que no sabes cocinar como mínimo que esté bueno).

  • Con los productos de marca blanca te puedes llevar sorpresas muy agradables y algunas de no tanto… No le pidas peras al olmo.

  • Frutas, verduras y hortalizas salen mucho más baratas que la carne. Ya no tienes excusa para cuidarte un poquitín.

  • Las frutas, verduras y hortalizas del super tienen todas el mismo sabor insípido, si puedes vete a una fruteria como Dios manda y dale un mordisco a la vida.

  • No fabrican los envases para soloitarios, todo es para dos o para cuatro personas. Eso si, en TODOS los congelados que pone «para dos» realmente sólo hay para uno.

  • NADA del super tiene algo que ver en sabor con el producto que encontraras en el mercado o el pequeño comercio. Pruébalo un dia ni que sea.

  • Házte el carnet de cliente, te sentiras muy maruja pero de vez en cuando te ahorraras unos euretes.

  • Intenta ordenar las cosas por peso dentro del carro (tampoco te pases que parecerá que estés loco) y pon las que más pesen primeras en la cinta transportadora, así quedaran puestas en la parte inferior del carro y no se te chafaran los huevos, los tomátes o lo que sea.

  • El momento en que debes cordinar tú solo el pasar las cosas de la cesta a la cinta transportadora, pagar y meterlo todo en el carro o bolsas es igual que salir al escenario, por muchas veces que lo hagas siempre te pones un poco tenso. ¡Que les den a los que esperan en la cola! Tu también has esperado tu turno. ¡Ánimo!

  • Mira mal a los que van lentos.

  • Finalmente, te aconsejo que si no tienes coche te compres un carro y no compres más de lo que quepa en él. Debes hacerme caso por dos motivos, primero porque todo parece que pesa poco al salir pero dos manzanas más allá tendrás los dedos como choricillos y querrás vender tu alma al primer camionero que pase para que te ayude. Segundo, porque me apuesto lo que quieras que seras incapaz de comértelo todo tu solo sin que caduquen la mitad de cosas antes de que pase una semana. 😉

Total, ahora, cuando vayas al super y descubras que a diferencia del Berska no suenan los mejores hits por los altavoces y que si estas en el super MUY selecto tampoco vas a comer, no olvides comprar tomates. Perdón, no olvides porque estas allí. 8 meses después de ir a comprar cada semana, ya no me hace la ilusión del primer día pero sigue teniéndo mucho significado para mi ir a comprar mis propias provisiones. Disfrútalo e intenta currártelo. Probar productos y sitios distintos a menudo hará que cuando comas lo sientas distinto ^^

P.D.: Si vas al pequeño comercio y superas el primer mes de preguntas del tipo «¿Que tipo de huevos quieres?, ¿Los de gallinas encarceladas y estresadas, los de gallinas que pueden andar unos metros, o los de gallinas practicamente libres?» con cada producto que implica la vida de algún animal (la leche y las pobres vacas, el pollo, los embutidos e infinidad de barbaridades más) sin hacerte vegetariano o vegano, seras un humano con más o menos escrúpulos muy parecido a la media.

P.P.D: La lista está muy bien, pero como siempre, ¡Haz lo que quieras!

Capítulo 19: Madre, hay más de una.

Te vas. Lo pasas bién. Lo pasas mal. Te pasa de todo. Lo llevas como puedes. En cambio, si hay alguien que sufre de verdad todo lo que hagas… esa es tu madre.

Es comprensible. Te ha llevado 9 meses dentro, te ha criado y convertido en uno de los más grandes proyectos de su vida. Ha puesto mil ilusiones en ti para que ahora vayas tu y la abandones con esa despreciable cara de rencor que solo un hijo desagradecido sabe poner. Quizás no la pones, pero ella la ve. Ella no entiende tus ansias de libertad. Tu no entiendes que ella no te entienda. El nido se deshace, el drama se desata. ¿O no?

No todas son iguales… He aqui la lista de los 12 tipos de madres que he oído existir:

La oportunista: Su vida ha cambiado hace tiempo, divorciada de tu padre y con un novio nuevo, parece que le sobre un poco cualquier cosa que forme parte de su pasado (incluido tu). Un día te suelta «Ay cariño, nos vamos a vivir con Luis a Ibiza dentro de un mes, te puedes venir con nosotros o buscarte algo por tu cuenta» Sabiéndo que no iras a Ibiza. No es que ella no te quiera, es que la vida le ha dado otra oportunidad y la quiere disfrutar, pero jode la frescura con lo que lo hacen algunas… A mi me lo hacen y me pongo a llorar.

La que lo hace por ti: «Hijo… ya tienes 20 años y deberías espavilar un poquito, ¡Eh! No te iría nada mal independizarte, de hecho he visto un pisito a 15 minutitos de aquí…» Es definitivo, en tu casa no te quieren, (como mínimo de cuerpo presente). Esta sera la primera de muchas directas que oiras, así que ve recogiendo tus trastos o ¡pon un cerrojo ya en tu habitación!. Si cedes y te vas, tienes muchos puntos que esta se convierta en un salita-gimnasio, así que búscate algo un poco estable si no quieres dormir en una bici estática.

La que no se lo esperaba: ¡¿Cómo?! ¿Que te vas de casa? ¡¡¡Si solo tienes 35 años!!! Lágrimas en los ojos y 15.000 reproches sobre lo mucho que te quiere y que te cuida. Sabias que te montaría el número, pero nadie esta preparado para sobrellevarlo en directo. Tiene razón, nadie lo hará igual, pero es que tampoco buscas una sustituta. Es de las que después encima le va a caer mal tu pareja «por haber robado a su niño de sus brazos» O de las que ningun@ pareja le parecerá suficiente para ti.

La persuasiva: Es tu madre, te conoce, te jodera hasta el momento que salgas por la puerta con frases como «¿Y que vas a comer?, si no sabes cocinar…», «Con tanto gasto no podras comprarte la ropa que te gusta, ¿Estas dispuesto a ello?», «Luego no vengas pidiendo que no vendré». Con cada frase un puñal que te hace replantear hasta porque naciste. En el fondo es que no quiere que te vayas y sabe que llorando no lo conseguirá. A veces, la que no se lo esperaba evoluciona a una de estas en un intento más para evitar la catástrofe.

La adorable: Tu madre, tu amiga, tu todo. Acepta tan como puede la situación y te demuestra tanto apoyo y cariño que uno se siente como una auténtica mierda por irse. ¡Asi no se puede, macho! La echaras mucho de menos, volveras cada domingo a comer y escucharas sus cosas con devoción, ¡Tu madre es la mejor! Y no, ya ves que no todas son así, ¡Valórala!

La preocupada: Es parecida a la adorable pero con un plus enternecedor de sufrimiento que puede acabar con tus nervios. Te ve capacitado para vivir solo, sin embargo no esta convencida y te preguntara mil veces si lo tienes todo, si estas seguro, si necesitas algo, si te puedes ayudar, si lo tienes todo, si estas seguro, si necesitas algo, si te puedes ayudar…

La despechada: No te lo esperabas…¡Parece tu ex! Tu querida madre que empieza en un plan similar al de la que no se lo esperaba o la adorable, de pronto acaba conviertiéndose en el muñeco diabólico persiguiéndote por casa tirándote tus cosas. «¡Veteeee! Con todo lo que hecho por ti y ¿me lo pagas asi??», «Desagradecido del carajooo!» Corre antes no te meta la guitarra por dónde no te cabe, algunos trastornos mentales surgen con el estres.

La conspirante: ¿Que te vas de casa? ¿Y por qué? ¿No te habrás echado novio y no quieres que le conozcamos, no? ¿Te drogas? ¿Eres lesbiana? Es que quieres montar fiestas y tu padre y yo siempre estamos aquí, ¿No?, ¿Estas embarazada? NUNCA EN LA VIDA se le pasará por la cabeza la hipótesis que te has hecho mayor, eso NO puede ser. Tiene muy claro que le falta un capítulo de la historia y cuerda para rato.

La conservadora: Aunque parezca mentira este género sigue existiéndo. ¿Que te vas de casa? ¡¿Sin casarte?! ¡Oh dios mio! Y si no tienes novio ¡Pero si no tienes novio! ¡¿Eres lebiana?! Y daaaale!

La prima de Hitler: ¡Tú! Estudiaras tal carrera, saldras con tal chico, te pondras esto para salir y por lo tanto te iras de casa cuando YO lo diga! ¡Yo te he parido y voy a gobernar tu vida, hasta que me muera! ¡¿Te enteras?! No es por nada, tu madre esta como una regadera, vete ya.

¿Y cuando dices que nos vamos?: En esta variante, no estan dispuestas a pasar por esto y te lo estan diciendo en serio. Es ese tipo de madre que una vez tú en tu piso la mujer se presenta a limpiar, cocinar, cotillear, etc. ¡Lo que sea! Algunas incluso se mudan dos o tres meses más tarde (así por casualidad) terriblemente cerca de tu nueva morada. O le dejas claro el tema la primera semana, o acabaras vivéndo con tu pareja y tu madre y no, no es agradable.

Malamadre: Especial mención para un género que no lo merece. Vease la que ha sido mala madre toda su vida (Es decir le importa la vida de su hijo un pepino sin motivo alguno) y evidentemente no cambia la semana que su este se va de casa. La verdad no sé que piensan, es difícil de imaginar pero no se imaginan lo tirado que se siente su prójimo cuando los demás cuentan que tienen madres mejores. No lo llama, no lo ayuda, no nada. Esto si que es un drama.

Ya veis, yo solía pensar que todo el mundo tenía una madre similar a la mía y si de algo me he dado cuenta durante este proceso es que las madres del personal son muy distintas. Eso si, aunque todas diferentes, y la verdad, pocas idílicas, no hay ni una que no consiga marcar la huída de sus hijos de una manera u otra. La mayoría realmente pasan por un mal trago cuando los niños se le van y también se las tiene que entender un poquito que básicamente han hecho lo que han podido (y supuestamente con mucho amor).

En mi caso y supongo que como en muchos otros, mi madre pasó por varias etapas en el intento de aceptar que me fuera. No voy a describir su caso en concreto porque una cosa es escribir un blog y la otra es que te deshereden de la hipoteca Agradecerle eso si, que no le diera ningún brote psicótico y las comidas de los domingos. ^^

P.D.: Me gustaría que el 80% de madres mundiales entendieran que uno no se va porque no las quiera, se va porque tiene que volar. Os queremos mucho (Y lo sabeis) Y también sabeis que tenemos que volar, pero se ve que os jode 😉

Roces a oscuras (Parte 2)

Me pongo los tejanos, cojo una linterna, barajo la posibilidad de ser la única tonta del bloque que sale a mirar si es la alarma es de su coche y abro la puerta de la escalera.

Cuando siempre que abres una puerta ves la misma estampa, el día que la abres y es distinta te sorprendes. El cerebro relaciona el gesto con la imagen a pesar de que la estampa pueda variar constantemente detrás de la puerta.

Me sorprende la total ausencia de luz en el rellano. Pienso «Es evidente hay un apagón». Voy a salir y no. Me lo repienso. Mejor cojo el móvil antes de salir. El móvil no tiene bateria… Entonces veo que el otro teléfono tampoco funciona. Si le sumas que en esta comunidad cuando gritas nadie te oye ahora mismo seria el sitio ideal para meter a una víctima de secuestro. ¡Pues nada! Me voy sin móvil.

Abro la puerta de nuevo. No me da miedo, le doy a la linterna y empiezo a bajar. No sé porque hay días que el cuerpo tiene miedo y dias que no (hoy no). Y como era de esperar, nadie por las escaleras.

Una vez llego a la calle, dónde si hay luz, pero ni un alma, camino unos pasos hacía la esquina guiándome por el ruido de la alarma, parece un sueño. Descubro que la sirena proviene de una clínica de la calle de al lado. Probablemente habrá saltado con el corte de luz. En fin, he hecho todo lo que podía hacer, así que me giro para volver y es en ese momento cuando vislumbro alguien en la puerta del bloque. No puede ser, ¡Dios tenía para todas! ^^

– Guapo: ¡Buenas noches!
– Andrea: ¡Buenas noches! No hay luz en los bloques.
– Guapo: Lo sé! Me he quedado sin luz en el parking, ¿Por que has salido de casa?
– Andrea (Calla que se preocupa por mi): Nada… quería saber si esa alarma provenía de mi coche.
– Guapo: ¡Ah, ok! Oye me podrías acompañar un momento al parking, se me han caído las llaves y sin luz he sido incapaz de encontrarlas.
– Andrea (Calla calla, esta es la mía): Si si, por supuesto.

Entramos en la boca del lobo. Nuestro parking es enorme porque comunica con varios bloques. De fondo, una luz de emergencia da la sensación como si hubiera una hoguera a kilómetros de distancia. Hablamos de aquellas cosas que hablan los desconocidos: la subida de sopetón de las temperaturas, que mañana es lunes, la alarma que no cesa… Se agacha frente a un coche blanco, le ilumino el suelo y desde ahí me dice.

– Guapo: No hace mucho que vives aquí, ¿No?
– Andrea: 7 meses
Se levanta llaves en mano, apenas le veo el rostro, pero esta cerca. La linterna se queda enfocándo el suelo.
– Guapo: ¿Sola?
– Andrea (Hay que tener cierta solidez estomacal para responder a eso a oscuras en un parking): Sola
– Guapo (muy seguro): Será porque eres exigente.
– Andrea (Si. Me estaba poniendo seca. Su tono entre seguro, impertinente y sensual me gustaba y desagradaba a la vez): Será.

Se abren las luces. Sus ojos castaños verdosos ya habían encontrado los mios antes de que eso ocurriera. No se aleja.

– Guapo (que empieza a sonreir): ¿No me diras que todos somos iguales?
– Andrea (Hay momentos que no sabes si estas en guerra o en preliminares): Me gusta pensar que no encontré al adecuado, alguno si que valía la pena.
– Guapo: ¿Y cómo sería el hombre adecuado?

Abro la boca. Voy a responder. No sé si él me va a dejar. No sé si yo me dejaré. Estoy entre «Mira… algo parecido a ti» o la verdad acompañada de un puñal. Sin embargo, sólo abro la boca y nos quedamos sin saber el resto. Lo sabríamos, si no fuera porque mi vecina, aparentemente sorda, y por lo que se ve también ciega irrumpe en nuestra escena precoital con un marujo:

– Montse: ¡Nenaaaa! Te estaba buscando. ¡Se ha ido la luz!

Tengo un imán para que me pasen estas cosas.

– Andrea (¿No me jodas?): Si, ya…
– Montse: ¿Estas bien?
– Andrea: Si si.
– Montse: Pues espera que cojo el móvil de la guantera y subimos las dos.

De pronto, Montse abre el supuesto coche del guapo y empieza a rebuscar. Yo me lo miro con cara de interrogatorio y el que ya va dándo marcha atrás me sonrie, me pica un ojo y se va. Yo que me lo miro con mi mejor interpretación entre «Seras jetaaa» y «jaja, ¡ya te vale…!» mientras que Montse vuelve a salir del coche.

– Montse: Va vamos a dormir que mañana hay que ir a trabajar.

¡Pero si esta en el paro! ¡¿Por qué me interrumpe??!!!

Consciente de que me acaban de tomar el pelo, contenta de que me lo hayan tomado y enfadada de que no me lo hayan tomado del todo, acompaño a Montse al bloque.

Entro en casa sin entender nada. La mitad de luces del piso estan abiertas. En la habitación Spiderman no está. Miro por todas partes. Me voy a dormir sonriendo y rezando, un poquito para 8 patitas no vuelva a aparecer y un poquito para que él si lo haga. Vaya tela, buenas noches.

(…)

Lunes 19:46 de la tarde

– Jana: ¿No era su coche? ¿Te engañó?
– Andrea: Diria que si. Quizás era el otro. Podríamos… darle un voto de confianza.
– Jana: A mi ya me cuesta confiar.
– Andrea: Tampoco es tan difícil, ¿no? Confianza y respeto. Si dos personas, sean o no pareja, cumplieran con ello, podrían llegar al fin del mundo, comérselo y volver ante la envidia de los demás. Eso es LO adecuado.

– Jana (Cara de «al enemigo ni agua»): ¡¿Que COMO sería el adecuado?! Le tendrías que a ver dicho «Pues el adecuado sería un tio íntegro, coherente y claro. Con unos principios macizos como sus brazos y capaz de entender que las infidelidades no le gustan a nadie, que tu familia (no te cae bien ni a ti pero es tu familia) y que por favor, ¡No venga llorando cuando ya la ha cagado! Es LAMENTABLE. Piensa antes y no lloraras después.
– Andrea: Sería un gran lema para la DGT. Oye pero él no tiene los brazos macizos ¡eh!, te me vas por las ramas.
– Jana: Bueno, no paguémos con él los errores de los demás.
– Andrea: No no, no lo hago. Aunque si Montse me hubiera dejado hablar lo hubiera parecido seguro.

Andrea: Sigo sin saber su nombre…ni donde vive. Eso si que es LAMENTABLE.
– Jana: ¿Y si se lo preguntas?
– Andrea: Ok, la próxima vez que me tome el pelo.

Roces a oscuras (Parte 1)

Cuando uno se va de casa, empieza a encontrar prescindibles cosas que nunca se pensaba. En mi caso fue (por estupefacción de mis padres) la calefacción. En el piso no había y… ya sabéis… hay que pagarla. Así que me compré una estufita y resistí hasta que llegó el verano.

¡Por Dios! ¡Nunca había deseado tanto que llegara el verano! Milagrosamente, poco a poco, el Sol empezó a apretar y las numerosas mantas que cubrían mi cama han ido desapareciendo hasta llegar a la plena felicidad de los 23 grados ambientales.

Des de entonces soy feliz. ¡Ole! ¡Ole el calorcito! ¡Ole el balcón! ¡Las camisetas de tirantes! ¡La luz a todas horas! Las ventanas abiertas y ¡Los bichos! ¡¿Los bichos?!

(…)

01:05 de la madrugada del lunes.

Znyiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiii iiiii iiiiiiiiiiiiiiii

Me despierto. No… Un mosquito no… no tengo nada para eso en el piso…ffff…

Nyiiiiiiiiii fiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Le noto oliendo su festín.

Más de uno no se hubiera levantado por eso, pero si sabes que para los mosquitos eres como Beyonce en ropa interior, merece la pena levantarse a matarlo y descansar ambos en paz. Así que me incorporo, abro la luz, pillo una revista y observo.

Lo descubro en lo alto de una de las paredes. Silencio en la sala, posición de guerra. En el ring mosquita hambrienta contra humana medio zombie. Me subo sigilosamente a la cama, pongo un pie encima de la estantería, percibo que con un solo golpe certero ganaríamos el primer round de la temporada. Lo sé, lo presiento. Hay días que sabes que vas a acertar. Apunto y… ¡¡Plaff!!

¡¡¡The chaaaaaaaampioooooonssss!!!

Me bajo de la cama rebosando orgullo. Dejo el cadáver en la pared. Lo quitaré mañana (así los demás ven que pasa si tocan las narices). Estaba dispuesta a dormir de nuevo cuando mi cerebro me avisa. Ha visto algo moverse a mi alrededor. Levanto ligeramente la cabeza, ojos como platos, piel erizada. ¡Oh no! ¡Por favor! ¡Eso sí que no! ¡Una inmensa araña haciendo tirolina aparece de la nada y va directa hacia mi cojín! ¿Pero por qué?? ¡Hay que hacer algo!! ¡Qué asco! ¿La golpeo? ¿La salvo y la tiro por la ventana? ¡Rápido rápido que como se meta por las sábanas acabo durmiendo en el sofá de la cocina! Me apresuro.

Cojo de nuevo la revista, intentaré hacerlo por las buenas primero, la pongo encima del cojín, esperando cautelosamente que termine su momento Spiderman aterrizando sobre ella. Cuando ya la tengo, ya casi esta, cuando aún manteniendo la distancia de seguridad íbamos a conseguirlo, Dios manifiesta estar claramente de su parte. Se oye una especie de “Bouuunng” general y me quedo a oscuras.

¡Ostia Manela! Deduzco a través de las no vistas de la ventana un apagón general en toda la isla de edificios. ¿En serio? ¿Era necesario? No importaría lo más mínimo un apagón en plena noche si no fuera por la individua que corre por la cama…

Me acerco a la ventana, una alarma de algo ha saltado y se ven numerosas lucecitas de móviles dando vueltas por los pisos. Nadie se hubiera enterado del apagón si no fuera por esa alarma.

Espero con cierta picaresca el grito de la de arriba, pero últimamente las sesiones le deben estar haciendo efecto y apenas se la oye.

¡Uep! Vuelve momentáneamente la luz, aprovecho para intentar detectar al arácnido durante ese breve instante, un giro veloz de cabeza, repaso rápido de la cama, no está dónde la había dejado, ¿Dónde estará? Me quedo a oscuras de nuevo. Facepalm. Me entra la angustia, me he dado cuenta que voy descalza mientras ocho patas deambula por ahí.

Nada. Comeremos algo antes no vuelve la luz. Tampoco tardaran mucho en arreglarlo, ¿No?

Ya en la cocina, obviamente a oscuras también, zapatillas puestas, bollo en mano, los minutos pasan, empiezo a pensar… ¿Y esa alarma que no cesa? ¿Habrán intentado robar algo o ha saltado con el corte de luz? ¿No será del coche? Mejor no bajar… ¿Y si nadie puede dormir por culpa de mi coche? No… no será… ¿Y si soy la única que puede pararlo y yo aquí comiéndome un bollo? El dilema moral me va mermando hasta que acaba conmigo. Total, en la cama quizás hay una araña, prefiero ir a comprobar el coche antes de notar sus patitas paseando por encima de mi piel.

Me pongo los tejanos, cojo una linterna, barajo la posibilidad de ser la única tonta del bloque que sale a mirar si es la alarma de su coche cuando podría estar pasando cualquier cosa ahí fuera y abro la puerta de la escalera. Me sorprende la total ausencia de luz en el rellano.

Amaneceres en comunidad ¿El desenlace?

Gilipollas todos decían. Un mar de humanidad y sentido del ridículo invadieron mi cuerpo mientras la miraba. La que suponía que era Ana (la incognita del tercero) nos observaba con pena y dolor desde dentro de su pijama rosa arrugado.

– Yo: Perdone… No queríamos molestarla.

Es de aquellas frases que las dices y tu misma estas reprochándote internamente «¿Como pido perdón por molestar cuando ella ha desvelado todo el bloque?» pero era tal la evidencia de que ella lo estaba pasando peor que le concedí el puesto de víctima sin pensarlo. Cerró la puerta.

Tras mi mejor cara de la gente me toma el pelo, suelto la camiseta de Toni y me voy para casa.

01:55h De nuevo en el piso. No me he enterado de nada pero es que ya no sé si hay mucho de que enterarse. Nunca pensé que el pivón del edificio pudiera tener unos 20 años más que yo… quizás resultaba evidente, para la mayoría yo podría ser su nieta. ¿Entonces el guapo quién es? Sinceramente…

(…)

Viernes. No me molesto en contar en el trabajo lo sucedido. No me apetece. Parece como si todo hubiera terminado, pero no.

20:35h Acabando de colocar la compra en la nevera oigo unos golpecitos en la madera de la puerta de entrada. Me dirigo hacia ella, hoy si, miro por la mirilla y la veo (Ana). Abro, probablemente con la típica cara de en que te puedo ayudar mezclada de ¡No por favor! No me toqueis más las narices... pero a eso le debéis agregar una gran dosis de curiosidad (Ahora vas y te la imaginas).

– Ana: Me gustaría contártelo.
– Yo: Pasa pasa.Con tono compresivo

Una vez situada en la mesa, infusión en mano y conmigo y mis 73 sentidos puestos en ella me muestra un trozo de papel de periódico del 04 de Mayo de 2008: El ciclón Nagris causa más de 350 muertos en Myanmar.

– Ana: Unos días después el gobierno de Myanmar admitió 77.000 víctimas, pero las ONG’s estimaban que la cifra se aproximaba bastante más a las 100.000
Duermo con un vaso de agua cerca para poder ir comprobando si hay vibraciones.
– Yo: ¿Estabas allí?
– Ana: Fuí por trabajo. La ex mujer de mi cliente, natural de Birmania, se había llevado a la hija de ambos a un pueblecito cerca de Rangún (Yangón, la antigua capital), por no querer dejarle ni un gramo de custodia. Mi labor consistía en intentar llegar a alguna especie de acuerdo cercano a la custodia compartida. Me costó mucho localizarla entre los pueblos de la zona. Allí todo es muy distinto a pesar de que la gente sea muy amable.

No conseguí el acuerdo. Ella me quiso sobornar para que dijera que no las había llegado a encontrar. Como tenia serias dudas de que mi cliente las había maltratado caí. Ni siquiera acepté el dinero.

Tenía que haberme ido del país el 02 de mayo pero el avión no salió por una incidencia técnica. El hotel no me quiso dar alojamiento por más tiempo, la compañía aerea nos dijo que nos podiamos quedar en el aeropuerto durante esos dos días que nos supondría el retraso. El ciclón se acercaba, sabíamos que serían más de dos días. Los afectados nos diluimos por la zona.

Llamé a Irina y le dije que ya que no había aceptado el soborno le pediría alojamiento durante los dos días del retraso y los posibles después del ciclón. Aceptó. Te puedo confesar que nos hicimos amigas. Ella y su madre eran una gente muy agradable. 

Un día y pico más tarde llegaba el ciclón. Nunca he sentido tal temor anclado en el estómago. Oíamos el viento silvar fuera, las cosas desprenderse. Metales, maderas, animales sufrir. Todo se precipitó cuando el viento arrancó varios tejados de la calle. La lluvia empezó a azotarnos la cara. Las gotas se te lanzaban encima como a cubos de agua, no veía nada, no entendía a la gente. Me oía a mi misma con desespero. Las casas de en frente empezaron a desmoronarse como naipes. Se me enganchaban todo tipo de mierdas en el pelo y si te dejabas de agarrar a algo (y nada era sólido) el viento te arrastraba. Pasamos como pudimos por cada habitación, salimos fuera, entramos dentro… No sabes dónde es más seguro.

Perdí de vista a las únicas 3 personas que conocia en muchos kilómetros. Calculo que unos 20 minutos después algo me dió un golpe y me desmayé. Estuve un par de días tirada en el lodo con la clávicula rota.

Tardé una eternidad en encontrar ayuda y otra en poder comunicar que estaba viva a los míos. La zona fué declarada catastrófica. Me fuí de allí sin saber que había pasado con Irina y los suyos. Temiendo lo peor, aún me cuestiono quién fué el ingenuo que dijo que sólo había 350 muertos donde había 77.000

No lloraba. Ni atisbo alguno de lágrima.

– Yo: Y ahora tienes terrores nocturnos…
– Ana: Si…
– Yo: ¿Y no supiste nada más?
– Ana: A mi cliente le dije que no las había localizado ni antes ni después del ciclón. Tampoco me pidió muchas explicaciones con todo lo sucedido. Pero la verdad es que dos años más tarde recibí una carta de la madre de Irina. Ella y Lia (su nieta) habían sobrevivido metidas en una nevera. De Irina… nada.
Después de la noticia pasé un tiempo sin terrores, sin embargo tras mi divorcio hará un año me han vuelto. Supongo que al volver a vivir sola…

Nos pasamos un par de horas contandonos la vida. Jesús lo sabia todo porque se habían hecho «amigos» en una parada del mercado. No habían contado nada porque exceptuando la crisis del día anterior sólo se trataba de un grito cada 2 o 3 semanas cuando todo el bloque (menos yo, llámame nocturna) estaba durmiendo. Por eso, casi todos eran ajenos al tema.

– Yo: ¿Entonces? ¿La primera noche de los gritos…? ¿Quién fué? Yo oía un hombre…
– Ana: Era un hombre. Un hombre jóven. Lo escuché como tú a lo largo de toda la noche. Te oí contárselo al Presidente en la escalera al día siguiente. No era en nuestro bloque, era en el bloque contiguo. No sé que era. Perdóname Andrea, porque me dió por llorar y no hice nada más.

Ya veo. El que gritaba vive en el bloque de al lado y la que lloraba era ella. Al cabo de unos minutos se fué. Silencio de amargura.

Domingo.

Mientras me ducho lo pienso, personas como Ana son la demostración de lo lejos que llegan las terribles noticias que vemos por la tele. Para nosotros, un ciclón y sus consecuencias duran tres telediarios. O como en mi caso, ni siquiera recuerdo la noticia. En mayo de 2008 vivía tan sumergida en mi vida universitaria que ni me enteré. Aún hoy no miro las noticias por mantener mi cabeza alejada de toda esa mierda, aunque eso no evite que ocurra.

Por la tarde salgo y en las escaleras me encuentro a Eva. También recibió una visita de Ana. Más escueta, más seca (A nadie le gusta que lo traten de loco) pero al parecer sabe que somos las únicas que sufrimos sus sustos nocturnos y ha querido brindarnos una explicación. Me canso de escuchar a Eva antes de llegar al primero. Decido no hacer mucho ruido pasadas las 12 de la noche para procurar trastocarle el sueño lo mínimo posible.

Martes.

08:21h ¡Oh dios, me he dormido! ¡Voy muy tarde!

Me visto, me peino, pillo los trastos: el bolso, el pañuelo, las llaves, el móvil; (oigo la vocecilla de mi madre dentro de mi cabeza) tiro para atrás y cojo unas galletas y un Actimel para el camino. Me tomo el Actimel corre que te pillo antes de salir, parezco Mr. Bean. Tiro el envase. ¿Todo cerrado? ¿Si? Ok, abro la puerta. Llamo el ascensor para ganar tiempo mientras cierro la puerta. Alguien baja por las escaleras en el mismo estado. Como un rayo.

– El guapo: ¡Buenos díaas!

Parón. Me entra felicidad, sonrisita…pero…tanto rollo ¡¿¿Y este DONDE CO*O vive??!

Amaneceres en comunidad (parte 3)

Viernes. El despertador hace su función. Con los ojos aún cerrados por el sueño y el Sol, no me puedo creer que haya dormido la noche del tirón.

Es curioso descubrir como de repente tienes ganas de volverlo a oír. Quieres volver a vivir aquello para poder abrir la puerta del piso y salir en su busca. Saber que ocurrió te motiva más que vivir en paz. Los humanos somos claramente gilipollas.

Durante el día todo el mundo me pregunta si lo he vuelto a oír . Sé que no me desean ningún mal, pero también se mueren de curiosidad. «No, hoy he dormido bién», En parte lo agradezco, una noche de tregua me da más fuerzas para la siguiente.

Por la noche le cuento las novedades a Jana

Jana: ¿En serio? ¡Por Diós! ¡¿Es que no hay ni uno que se salve?!
Yo: Pues no… Y si ahora me lo encuentro por las escaleras ¿Que? No hace mucha gracia…
Jana: Oye pero si esta bueno… ¿Por que no lo cansas por las tardes y así duerme tranquilo…? ¿No?
Me la miro con esa cara de… «Yo por la comunidad…» Nos reimos.
Yo: ¡No, va! Pero… ¿Por que yo oigo un tio y ellas una mujer? ¿Sera el novio de la de arriba?
Jana: ¿Pero si esta loco…? A todos les falla algo ¡Eh!
Yo: Que guarra la de arriba…

(…)

Sábado. El Sol me despierta. Esto empieza a ser decepcionante, ya me parece como si nunca pasó.

Al mediodía voy al super y en frente de la sección de frutas de mentira:

Montse: ¡Nenaaa!

Montse, mi vecina favorita, me comenta que ha estado de vacaciones en… (No se como se lo monta que no me lo cuenta, ¿Tendra noviete?), pero que esta mañana la presidenta la ha puesto al día. También le sabe muy mal no haber estado en ese momento y como no podia ser menos nos ponemos a repasar los hechos entre las dos. Lo mejor de la ya repetitiva conversación es:

Yo: ¡Es que no entiendo como nadie sabe quién vive en el tercero…!
Montse: Hombre siii! En el tercero vive la morenaza que le gusta a Jesús, ¿No?
Yo: ¿Como?
Montse: Si si… hace tiempo que Jesús se pasa las reuniones de escalera diciéndo que es un pivón. Es un poco desagradable teniéndo en cuenta que está casado.
Yo: Pero si yo oigo un hombre… ¿No será que ya no vive ahí la misma persona?
Montse: Mmm… podría ser… hace días que no la veo.
Yo: Aha.

Como tres cuartos de hora después consigo acabar de comprar y salir de allí. ¡Ya me empieza a dar igual quién gritaba, si es un chico o una chica, si tiene terrores nocturnos o se automutila! ¡¿Ahora resulta que arriba vive un pivón invisible del cual Jesús está colgado y que se ha ligado al guapo de la escalera?! ¡Va hombre! ¡Que se cambie de bloque la tia esta!

¡Eso si! Ahora ya sé porque Paquita (la del primero) dijo tan segura que del tercero no podia venir, estaba encubriendo al pivón bipolar que le gusta a su hermano. Me mintió cuando dijo que no sabía quién vivia allí… (Cara de que se vayan al cuerno y me dejen dormir).

(…)

Lunes. Ya ni me acuerdo del guapo, la loca, su abuela ni las frutas de mentira.

Por la tarde Montse llama a la puerta para informarme que el miércoles hay reunión de vecinos. A pesar de ser inquilina quieren que pase un momento para comentar los hechos. Por supuesto. A ver si está el pivón y vemos como esta la competencia en el edificio.

(…)

Miercoles por tarde. Una semana de paz.

Llegando del trabajo entro al hall y todos los allí presentes, se giran hacia mi. No veo caras desconocidas. Tampoco al guapo, ni al pivón. Va de verdad… deprimente esto ya.

Presidenta: ¡Mira! La chica del segundo.
Yo: Buenas tardeees (Falsa sonrisa).
Eva: ¡Chica! (Me mira y se levanta) ¡Es la del tercero! Esa mujer esta como un cencerro. ¡No son solo los terrores nocturnos, mueve los muebles sin parar! ¡Va en tacones! ¡El próximo día vamos todos a buscarla!
Yo: ¿Pero ya sabemos seguro que fué ella? Que tenga que defenderla yo…
Presidenta: No.
Jesús: Yo no lo pienso, Ana es buena moza. Quizás tiene problemas pero no mal fondo.
Montse, la Presidenta y yo lo miramos con extremada cara de incredulidad mezclada con una pizca de «Callado parecias más hombre». Paquita, aprovecha para sacar el tema del gas.
Yo: Pues nada, yo me voy, si necesitan algo ya saben donde estoy, buenas tardes tengan.
Vecinos del diablo: ¡Buenas tardees!

En el ascensor cabilo. Que gente… Creo que Eva también esta como una chota. ¿Como va a oír la del cuarto los tacones de la del tercero? ¿Los tendría que oir yo, no? Para ser sorda oye más que nadie. ¿Por que La presidenta también miraba mal a Jesús? Confieso que a pesar de estar cerca, no saber que pasa, me mata mucho…en fin… nadie se ha dado cuenta que Toni se estaba durmiendo, este debe tener narcolepsia.

(…)

Jueves.

01:32 de la madrugada. En pijama me lavo los dientes mientras oigo a Jesús hablar con Casper (Como siempre Casper no contesta). Después de enjuagarme me da por mirar si el blanqueamiento que promete la pasta de dientes se cumple o no. Me acerco al espejo. Un poco más. Levanto el labio superior. Sonrio muy forzadamente. Observo. Un grito descalabrante corrompe cualquier tipo de normalidad. Me encuentro con el corazón encojido y las uñas agarradas al marmol. Es una mujer.

Me pregunto medio immóvil si hacer ver que no ha pasado nada es la solución (es solo un grito, ¿El habitual de cada tres semanas? ¿O hemos vuelto a la carga?). Demasiado tarde, un portazo en el exterior me muestra que no soy la única que lo ha oído. Corro, me pongo el batín, no sé porque, llevo un calor y un frío a la vez que no me conozco. De prisa hacia la puerta. Abro y casi me como a Montse.

Montse: ¿¿Lo has oido???
Yo: Si claro. Vamos arriba.

Los gritos se repiten, tienen razón, ¡Son de mujer! ¡Hace una semana no era una mujer!

Es el momento. Los pies me van solos. Sabremos que pasa. Siento emoción y miedo. Tengo miedo. Tengo ganas de saber que está pasando! Tal y como subo, oigo puertas, voces, (evidentemente salteado de gritos salvajes) Eva y los presis bajando des del cuarto y eh ahí todos en el tercero en batín mirandonos los unos a los otros comentando… cuando nos quedamos anclados en un inoportuno silencio repentino.

Toni aparece por detrás cagándose en nosotros. Yo ya no gano para sustos. Jesús que llega tarde al evento es abordado por Montse que lo invita a llamar a la puerta del tercero con cierto rintintín. Pre-cadaver, se hace el hombre, si alguien tiene que morir será él que es el que igualmente se tendría que ir antes (al nirvana). Realmente da igual todo el teatro, la puerta se abre sola provocándo el susto y grito de la presidenta, que la tiene justo detrás. Ello, provoca el susto y grito a capela de Montse, Eva, Pre-cadaver y yo, que sin saber muy bién que pasa presentimos que es algo horroroso y no dudamos todos en avalancharnos irremediablemente como gallinas contra Jesús y Toni tal como si viéramos la ola de Lo Imposible llegar.

A medio empotrarme con Toni me doy cuenta que somos gilipollas. Todos somos gilipollas. La mitad han desaparecido, mientras que una señora de unos 45 yace en la puerta del tercero sudada, luciendo una cara de lo más demacrada.

Amaneceres en comunidad (parte 2)

Jueves. Tras desayunar, ducharme y vestirme me propongo no salir del edificio sin averiguar algo.

Minutos más tarde abro y salgo al rellano de la segunda planta del edifico. Me fascina pensar lo dificil que resultaba hacer esto anoche. Da igual. No sé a que puerta llamar. Pensar que parezco una loca es inquietante y me pregunto si lo habrá oído alguien más. Voy a casa de Montse, mi vecina favorita, la de al lado. Montse no está. Vamos bién.

Bajo (no me atrevo a subir). Llamo a la puerta del primero y tras 15 segundos de notar como da vueltas la mirilla ante mi, abre Paquita (la que se pasa el dia discutiendo con su hermano pero las farras se las pegan igual). Me presenta a Casper (El perro). Le pregunto si ha oído gritos por la noche.

  • Paquita: ¿Esta noche? Mmm… si oí como a alguien llorar.

  • Yo: ¿Y gritos no?

  • Paquita (Cara de culpabilidad): ¿Sabes que pasa? Yo pensaba que era la chica que vivia antes en tu piso. Era un poco rara, ¿sabes? Tenia una amiga… y se las oía… y subí y nos enfadamos. Bueno, no nos discutimos eh, sólo que… claro, se las oía discutirse… y otras cosas… y tras «hablar» se fueron. Pero no se fueron por hablar conmigo ¡eh!, se fueron al poco pero no se porque. Ahora veo que no eran ellas».

  • Yo: No no, yo creo que es encima mio, en el tercero, es decir dos pisos más arriba.

  • Paquita: ¡Nooo! ¡Allí no!

  • Yo: Ah, ¿no? ¿Entonces sabe quién vive ahí?

  • Paquita: No.

  • Yo: Ah…Ok… Probaré a contárselo a la presidenta de la escalera a ver…

  • Paquita: ¡Aquella…! A mi nunca me abre la puerta…si tú lo consigues…

Cierra la puerta.

Ok, en dos minutos nos hemos enterado que Paquita es una señora a la que no le gustan las lesbianas y que gracias a Diós también lo oye (loca no estoy), pero asegura que los del tercero no son sin saber quién vive allí. Además oye más los llantos que los gritos, cosa un poco estraña, ¿no? Finalmente, por algún motivo la presidenta no le abre la puerta, ¿Sera lesbiana?

Reflexiono. No he conseguido nada, así que subiré hasta el cuarto. Paso por el tercero. Me paro ante su puerta y me imagino unos ojos saltones apuntándome. Me armo de valor y pico. Si abre resolveremos rápido el misterio. Diez, nueve, tensión, siete, seis, cinco, tensión, tres… 2…1… ¡Nada! Pues nada, sigo subiendo. Ya en el cuarto pico a casa de la presidenta. Susto. Un hombre de unos 85 años con un pie en el nirvana me abre la puerta. Su aspecto arrugado y extremadamente grisaceo da un poco de yuyu. Me comenta con una vocecilla de cuento que es el marido de la presidenta (el próximo presidente) y yo haciendo ver que hablo con un mortal le cuento lo sucedido. Me dice que él no ha oído nada.

  • Pre-cadaver: ¿Sabes que podemos hacer? La próxima vez que lo oigas, sales al rellano y averiguas si viene del tercero o no, así podemos hacer algo al respecto.

  • Yo: ¿Pero usted sabe quién vive en el tercero?

  • Pre-cadaver: No.

  • Yo: Mm…¿Y la señora que vive justo a su lado no lo habrá oído? Si yo que estoy justo debajo lo oigo, la de justo arriba debería, ¿no?

  • Pre-cadaver: ¡Ah…! ¡Eva es sorda!

Finalizamos la conversación y me bajo de nuevo. Claramente deberían dar un tour por los pisos vecinos cuando te enseñan uno… Decido irme al trabajo, ya insitiré más tarde.

Llegando al hall principal oigo una puerta. Me paro y miro por el hueco de las escaleras, es un hombre. A riesgo de que sea él, lo esperaré y le preguntaré si también lo ha oído.

Un chaval de unos 30 y algo aparece. Se ve jóven a pesar de las canas.

  • Yo: Oye, una pregunta. ¿Tú has oido gritos esta noche?

Cara de susto. Cara de sorprendido. Cara de «¡Oh! ¡Una mujer!»

  • Cara de «Oh una mujer!»: ¡No! He dormido muy bién (sonrisilla).

Os ahorarré los minutos en que me cuenta que desde que superó la pulmonía duerme como un lirón. No parecía él. Sin embargo, tendría que haberlo oído si o si. Es quien vive justo al lado. No entiendo nada, me voy al trabajo.

(…)

Me tiro todo el día contando mi aventura con los del curro. Montamos conspiraciones y posibles maneras de atacar al enemigo. Nos echamos unas risas y vuelvo con fuerzas ¡Como le oiga le salgo a buscar! Al llegar vuelvo a mirar la puerta de Montse. Con la posición enrollada del felpudo me ilumino, ¡Esta de vacaciones! Cojonudo, ¿Cómo se va a enterar nadie si Montse no está, Eva es sorda y pre-cadaver a las cuatro de la madrugada estaría de cháchara con Diós? ¡¿Cómo?! Lo más curioso es que nadie sepa quién vive en el tercero, que yo oiga un hombre y Paquita una mujer y que a pesar de no saber quién vive en el tercero Paquita me diga que seguro que no viene de alli. No entiendo nada… ¿Esconden algo?

(…)

22:14 h Llaman a la puerta.

Tanto miedo tanto miedo y abro sin ni mirar por la mirilla. Lo pienso cuando ya casi he abierto de palmo a palmo. Una señora bajita con gafillas me mira sonriente.

  • Incognita: ¡Hola!! ¡Soy la presidenta!!!

  • Yo: ¡Oh! ¡Encantada!

  • Presidenta: Mi marido me ha contado lo sucedido, me sabe muy mal que hayas pasado por esto sola. He estado investigando. Eva dice que también lo ha oido. Ella está segura que es la del tercero, no la ha visto nunca pero asegura que está loca. Dice que siempre llega muy tarde y que mueve los muebles de noche. Además, de vez en cuando también la oye gritar en sueños…. Si lo vuelvas a oir llámame a la hora que sea y saldremos todos a ver que pasa. Me da su móvil.

Cierro la puerta. Me alivia que alguien me ofrezca ayuda por si se repite el episodio. En cambio, al irse, mi mente se vuelve a poner en marcha: ¿No representa que la presidenta era tan borde? A mi me ha parecido muy amable. ¿Porque nadie sabe quién vive en el tercero? ¿Porque Paquita y Eva oyen una mujer y yo un hombre jóven? Y sobretodo… ¡¿EVA NO ERA SORDA?!

Pásados unos minutos decido hacerme un esquema del bloque (Lo tenéis en la foto del post) dónde pretendo situar a los vecinos que conozco en sus respectivos pisos a ver si así descubro quién puede ser el/la del tercero.

(Llegados a este punto os invitaría a que os leyerais el capítulo 9 «Sé dónde vives» dónde en su momento hice una descripción de los vecinos que conocía del bloque. A ver si llegais a la misma conclusión. Sé que te da pereza, pero te aseguro que el cuerpo no se te queda indiferente…)

Si lo habéis hecho estariamos de acuerdo en que…

– El hombre que habla con su amigo imaginario es el mismo Jesús, hermano de Paquita, que en sus ratos muertos discute con Casper, al parecer un perro tímido que no ladra demasiado. Entonces… nos quedan dos, ¿Lo veis, no? ¿Vuestra mente esta llegando a la misma alarmante conclusión que la mia?

– El de arriba, al que oía en muy mal estado, parece ser que era Toni alias ¡Oh! ¡Una mujer! Quién padeció una pulmonia que casi lo fulmina, pero que ahora, tras superarla duerme como un lirón.

Entonces… A pesar de lo que oigan las señoras… Si yo juraría que se trata de un chico jóven… Eva dice que siempre le oye llegar tarde… y teniéndo en cuenta que no queda ni un sólo hueco más donde meterlo en el esquema…y que siempre que le veo está bajando de algún piso superior al mio… ¿El loco del bloque es…? ¡NO PUEDE SER! ¡No quiero volverlo a pensar! I-L-U-M-I-N-A-C-I-Ó-N ¿¿El guapo del bloque es el loco del bloquee?? Muerte cerebral…

00:48 Cierro la luz con tensión… me imagino a ese chaval guapetón que un día me encontré a las dos de la madrugada en la puerta del edificio abriendo los ojos más de lo necesario antes de darle al interruptor ¿Dormiré hoy?